La Escuela St Michael (San Miguel), dirigida por la Sociedad de Doctrina Cristiana (SDC), celebró su 75º aniversario en noviembre de 2021. Para esta ocasión, Publicaciones Preca publicó un libro investigado por el autor titulado L-Iskola St Michael – L-Għaxqa ta’ San Ġorġ Preca (Escuela San Miguel – El Orgullo y la Alegría de San Jorge Preca). El libro contiene mucha información nueva, que debería interesar a todos aquellos que se preocupan por la educación y las enseñanzas de San Jorge Preca.
‘Mi Orgullo y Alegría’
Al final de la Segunda Guerra Mundial, Toni Agius (1907-1989), miembro del la SDC instalador de motores, dejó su trabajo seguro en el astillero para abrir una nueva escuela. A él se unieron otros tres miembros del la SDC, aprendices en el astillero, y sacrificó todo para embarcarse en esta hermosa pero desafiante aventura.
Al igual que el fundador del la SDC, Agius encontró personas que no lo entendían y otras que tenían temores razonables. Pero San Jorge Preca bendijo a Agius y su nuevo proyecto. Más tarde, St George llamó a la escuela St Michael “mi orgullo y alegría” y siempre visitaba la escuela con gran alegría, hablaba con los estudiantes y profesores y celebraba misa allí.
‘Escuela Especial’
Agius solía llamar a la escuela St Michael una “escuela especial” porque no quería que la escuela fuera una escuela ordinaria como todas las demás. En aquella época ya había varias escuelas y colegios en Malta.
Agius fue testigo de cómo muchos jóvenes veían ejemplos de mala conducta en el lugar de trabajo y se dio cuenta de que las escuelas no estaban haciendo lo suficiente a este respecto. El espíritu generoso y misionero que inspiraba San Jorge Preca como miembro del la SDC no podía dejarle indiferente ante tales dificultades.
Fruto del Sacrificio
El arzobispo Charles Scicluna envió personalmente un mensaje al autor después de ver una copia del libro. Dijo: “Como joven sacerdote, tuve la oportunidad de celebrar la Sagrada Eucaristía con los estudiantes de la escuela St Michael. Fue una experiencia maravillosa conocer a tantos estudiantes y profesores en un ambiente educativo enriquecido con fuertes valores cristianos.
“La escuela St Michael es un monumento a la dedicación de los miembros de la SDC, pero también es el fruto de los sacrificios de muchos padres, familias y laicos dedicados. Con el tiempo, he visto la feliz evolución del colegio: de un ambiente modesto a uno más moderno y adaptado a las exigencias de hoy.
“Deseo que la escuela St Michael continúe sirviendo a nuestro país en el campo de la educación e inculque a estudiantes y profesores la persuasión de las palabras que a St George Preca le encantaba repetir: ‘La enseñanza es la fuente de todo bien’”.
Contribución a la Sociedad Maltesa
En una introducción al libro, Raymond D’Amato, director de la escuela desde hace más de 30 años, agradeció al autor “no sólo por la minuciosa investigación que ha realizado para contarnos la historia de nuestra querida escuela, sino también por su compromiso de brindarnos la visión, el amor y la dedicación al trabajo de los integrantes del personal de nuestro colegio a través de todos estos años”.
Y añadió: “Aprecio la contribución de la escuela a la sociedad maltesa, especialmente en tiempos difíciles. Si has tenido la suerte de ser parte de nuestra escuela en los últimos 75 años, comparte con otros lo que has recibido. Deseo un futuro brillante al la escuela St Michael para que, en palabras de San Jorge Preca, “levante con tu bendición y haga surgir el bien espiritual y temporal, y todos los que entren en él serán objeto de tu misericordia”.
Espíritu Virtuoso
Agius y el superior Carmelo Callus querían que la escuela, al igual que los centros de la SDC, fuera una “fragua en la que arde el pecado”. No es de extrañar que la escuela lleve el nombre del arcángel San Miguel, quien arrojó al diablo al infierno según las Sagradas Escrituras.
Rezamos a este santo para que bendiga al personal y a los estudiantes del pasado, presente y futuro y a sus familias para que crezcan en virtud y, así, vivan una vida genuinamente humana.
Este libro mantiene vivos los recuerdos de Agius y escribe un relato histórico de los acontecimientos que llevaron al establecimiento de la escuela St Michael y el tremendo espíritu virtuoso que animó a los primeros maestros.
También nos ayuda a no olvidar los orígenes, a tener presente el pasado y a visualizar el futuro del colegio.
Una escuela no es un negocio destinado a obtener ganancias sino, más bien, a servir como una familia extensa para niños y adolescentes donde deben ser educados en los valores del bien. Esto es lo que deseaban Agio y San Jorge Preca.
Que este libro sirva para redescubrir los valores que moldearon a nuestros predecesores y, sobre todo, su compromiso de hacer el bien a los demás y, con ello, glorificar a Dios.