San Jorge Preca nos animó a saludar a Jesús con «Ave, Rey de Reyes» cada vez que estemos frente al Santísimo Sacramento, como una forma de contrarrestar las burlas que sufrió por parte de los soldados que lo ridiculizaban como Rey de los judíos.
Los soldados romanos, en su burla, se arrodillaron ante Cristo y dijeron: «¡Salve, oh Rey de los judíos!» (¡Ave, Rex Judaeorum!). Por lo tanto, es apropiado que los cristianos honren y adoren a Jesús en el Santísimo Sacramento proclamando: «¡Ave, Rey de reyes!» (¡Ave, Rex regum!) antes de hacer una genuflexión.
Este saludo está reservado a la Divinidad. Jesucristo es el Dios vivo y verdadero, el soberano universal, incluso sobre aquellos que no lo reconocen como tal. ¡Recordemos saludar a Jesús con Ave, Rex regum! cada vez que pasamos por una iglesia o estamos en presencia del Santísimo Sacramento.