Una vez, un joven caminaba por el desierto con Jesús. No podía ver a Jesús, pero sabía que Jesús estaba allí porque podía ver dos pares de huellas en la arena: las suyas y las de Jesús. Un día, después de caminar mucho tiempo bajo el calor, el joven sintió ganas de darse por vencido. Se detuvo y notó que las huellas de Jesús habían desaparecido. Enojado, el joven dijo: «¿Por qué me dejaste, Jesús, cuando más te necesitaba?» Pero Jesús no lo había abandonado. Durante este momento difícil, Jesús en realidad lo estaba cargando.
Sería beneficioso repetir la frase: ¡El Señor Jesucristo está con nosotros! Esto nos recuerda que Dios está y permanece con nosotros hasta el fin de los tiempos.
Estar constantemente consciente de la presencia de Dios no es fácil y requiere esfuerzo en nuestro camino espiritual. Aquí tienes un ejercicio que podría ayudarte a notar la presencia de Dios con mayor claridad. Pregúntate a diario:
¿Dónde conocí a Jesús hoy?
¿Dónde lo extrañé?
Al hacer estas preguntas, comenzarás a notar la presencia de Dios con más frecuencia. También puedes escribir estos momentos en tu diario espiritual. Cuando tengas ganas de rendirte, puedes leer estas notas para recordar cuando te sentiste cerca de Dios.
¡Que estos días de Adviento nos ayuden a acercarnos más a Dios y verlo obrar en nuestras vidas!
Hayden Diacono
Candidato de la SDC