Señor Dios, yo necesito de ti, dame la gracia de resignarme en todo a tu voluntad providencial: tú eres mi Padre y yo soy tu hijo.
Señor Dios, yo necesito de ti, dame la gracia de vencer toda ocasión de respeto humano para preferirte sobre toda persona y sobre toda cosa.
Señor Dios, yo necesito de ti, dame la gracia de no rechazar jamás de ayudar a mi prójimo necesitado.
Señor Dios, yo necesito de ti, dame la gracia de agradecerte por todo lo que me pasa, sea agradable o desagradable, porque todo viene de ti.
Señor Dios, yo necesito de ti, dame la gracia de recordar que tú estás siempre presente, que eres siempre testigo de lo que pienso, lo que digo y lo que hago.
Señor Dios, yo necesito de ti, dame la gracia de darte todo mi corazón mortificando me continuamente de lo que gusta a mi naturaleza, especialmente a mis ojos.
Señor Dios, yo necesito de ti, dame la gracia de trabajar para la salvación de las almas, que son tan preciosas porque son tu imagen.
Señor Dios, yo confieso que ni yo ni nadie puede obrar sin tu gracia: entonces no nos niegues lo que necesitamos porque tú nos creaste para ti.