Oh, San Miguel Arcángel, sabemos que Satanás desprecia a la humanidad y ha buscado nuestra destrucción desde el principio. Como Cristo mismo reveló, el diablo es asesino desde el principio, mentiroso y padre de la mentira. Sin embargo, también sabemos que tú, en tu amor por nosotros, has mostrado tu radiante presencia a nuestro favor y has triunfado sobre Satanás y sus huestes. Por eso, recurrimos a ti: líbranos de sus engaños y defiéndenos en la batalla que libramos contra él, hasta que finalmente lleguemos al cielo, donde eres coronado en gloria, reinando para siempre con tus compañeros, ostentando el título de verdadero defensor del honor y la majestad de Dios.
V/. Bendito sea el nombre de San Miguel Arcángel.
R/. Desde la hora de su triunfo por todos los siglos.
Santísima Trinidad, te ofrecemos las sagradas llagas de nuestro hermano Jesucristo, en acción de gracias por las gracias que has concedido a San Miguel Arcángel y a sus fieles compañeros. Amén.

