San Jorge Preca tenía una profunda devoción a San José, esposo de María, cabeza de la Sagrada Familia, hombre justo y padre legal de Jesús. Esta devoción era evidente en sus sermones y reuniones, tanto con el público como con los miembros de su Sociedad. Nunca perdió la oportunidad de hablar o honrar a San José.
En su dedicación, reservó los miércoles en especial reverencia a San José, saludándolo con una estrofa sentida y llena de amor, reconociéndolo como custodio de la Virgen y padre bendito.
Dios te salve San José
Tú cuidaste a la Virgen Madre,
Dios te salve padre feliz
A ti honor y gloria.
San Jorge Preca nos animó a invocar a San José como “Oh San José de corazón puro” y a orar con las palabras: “Corazón puro de San José, enciérranos dentro de ti”. Esto refleja el deseo de refugiarse en el corazón de este gran santo, que permaneció tan cerca de Jesús.
Debemos honrar a San José como patrón de la Iglesia Universal y considerarlo como una luz guía para nuestras familias. Siguiendo el consejo de San Jorge Preca, debemos encomendarle también a aquellos que se encuentran en los últimos momentos de su vida, ya que consideraba a San José como el patrón de los moribundos.