El 25 de marzo, nueve meses antes de Navidad, conmemoramos el momento en que el arcángel Gabriel se apareció a María y le anunció que se convertiría en la Madre de Dios. Dios, a quien ni siquiera los cielos pudieron contener, decidió humillarse y asumir la naturaleza humana en su vientre. María aceptó el llamado de Dios con estas hermosas palabras: “He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra”.
Cabe destacar cómo el arcángel animó a María a abandonar todo temor: “¡No tengas miedo!”. Detente un momento… ¿alguna vez has experimentado miedo, ya sea de enfermedad, del futuro o de alguna situación particular? ¡Recuerda que eres hijo de Dios! Recuerda que Dios también anhela estar contigo.
¿Hablas alguna vez con Dios sobre lo que te asusta? ¿Le pides que deje que su Palabra arraigue en ti, como lo hizo María? ¡Acércate a Dios y pídele que tome las riendas de tu vida! ¡Deja que Él te guíe! Oh Dios, ¡cuánto anhelo tener un corazón como el de María, dispuesto a escuchar, comprender y atesorar tu Palabra en cada circunstancia de mi vida!
San Jorge Preca tenía una profunda devoción a María, Madre del Verbum Dei. ¡Sigamos difundiendo la devoción a las poderosas palabras: “El Verbo de Dios se hizo carne”, que nos infunden esperanza y valentía!