« Los rociaré con agua pura, y quedarán purificados… y infundiré mi Espíritu en ustedes« (Ezequiel 36:25, 27).
¿Cómo ha sido su ayuno cuaresmal hasta ahora? ¿Qué perciben en su interior al experimentar la ausencia de aquello a lo que han renunciado? Si observamos con más atención, a menudo encontramos una mezcla de emociones y reacciones.
A veces, cuando sentimos un anhelo en un área, intentamos compensarlo en otra, evitando la incomodidad en lugar de aceptarlo. O bien, podemos optar por reprimir el dolor, superándolo sin reflexionar realmente sobre lo que revela de nuestro corazón, lo que nos invita a ver y comprender con mayor profundidad.
En este ayuno, puede que estén descubriendo áreas de su corazón que son frágiles y necesitan el amor y la verdad de Dios. Nuestros corazones siempre nos hablan, ofreciéndonos perspectivas sobre las partes más profundas de nuestra vida. ¿Qué te ha enseñado el ayuno sobre tus propias tendencias?
Jesús, que mi hambre de hoy me acerque más a ti. Que mis anhelos me lleven a buscarte, para que me llenes de tu espíritu. Amén
.