Durante el mes de mayo, nos dirigimos con confianza a María. Con ella, dirigimos nuestras oraciones a Dios, convencidos de que no le negará lo que le pidamos, pues ella está ante él como nuestra abogada. Cada día rezamos el Ave María, una oración que San Jorge Preca explica con gran belleza:
Ave
Esta palabra expresa familiaridad, reverencia y alegría. Al pronunciarla, nos convertimos en el Arcángel Gabriel, mostrándole a María que estamos cerca de ella, que nos invita a hablar con libertad y que nos inspira a depositar nuestra confianza en ella.
María
El ángel no se dirigió a ella por su nombre, ya que le hablaba personalmente. Sin embargo, la Iglesia añadió su nombre a la oración para inspirarnos un amor más profundo por nuestra Santísima Madre.
llena eres de gracia
Estas palabras resaltan la extraordinaria dignidad de María. Ha recibido más gracia de Dios que todos los ángeles y seres humanos juntos.
el Señor está contigo
Esto se refiere al segundo privilegio único de María. Por «el Señor» entendemos la Santísima Trinidad: el Padre la cubrió con su sombra, el Espíritu Santo descendió sobre ella y el Hijo se encarnó en su seno puro.
bendita seas entre todas las mujeres
Este es el tercer privilegio especial de María. Al decir estas palabras, reconocemos con el Arcángel Gabriel que ninguna mujer ha sido más ricamente bendecida que Nuestra Señora.
bendito sea el fruto de tu vientre
Aquí afirmamos el cuarto privilegio de María. Habiéndola alabado ya por quien es, ahora la alabamos también por su divino Hijo.
Jesús.
Aunque Santa Isabel no usó el nombre «Jesús», la Iglesia lo añadió para que pudiéramos honrar y reverenciar más plenamente el vientre de María, que llevó a Cristo durante nueve meses.
Santa María
La santidad de Nuestra Señora supera la de cualquier otro ser creado. Es santa desde el momento de su concepción, durante toda su vida y muerte, tanto en cuerpo como en alma.
Madre de Dios
Estas palabras llenan el corazón de María de alegría y misericordia. También nos llenan de esperanza al contemplar su excelso papel en el misterio de la salvación.
tuega por nosotros, pecadores
Le pedimos que interceda por nosotros, para que Dios nos muestre su misericordia, nos libre del pecado y nos una plenamente a él.
ahora
Esta palabra se refiere a cada momento de nuestra vida, no solo al momento en que la pronunciamos. También nos recuerda la fugacidad de la vida.
y en la hora de nuestra muerte.
En este momento particular, necesitamos su ayuda más que en ningún otro. El diablo se esfuerza al máximo para inducirnos al pecado, sabiendo que si falla en ese momento, nos perderá para siempre.
Amén.
Es decir: que así sea, tal como hemos orado.